Ella se miró al espejo y la imagen reflejada le mostró una melena morena como su sierra y rizada como las olas del Mediterráneo, unos ojos verdes oscuro como las aceitunas que en total simetría ofrecen los campos de Jaén. ¿Su mirada? Una leyenda que resuena entre susurros por las juderías hablando de su pasado Califal. Sus labios rosados como los atardeceres de la costa atlántica enmarcan unos dientes blancos como la Sierra Nevada.
Cuarenta primaveras rezan en su edad desde que naciera un 28 de Febrero de 1981, pero en su interior guarda la sabiduría milenaria que le han aportado infinidad de culturas que, prensadas de su talle, la quisieron conquistar.
Buena madre y mejor madrastra, porque al que acoge, lo encandila y no lo deja marchar. Alegre, graciosa, con arte y olores de azahar. Con su vestido blanco y verde se muestra orgullosa Andalucía, para deleite de la humanidad.
Azabache